UNA MISIÓN DIFERENTE





ORACIÓN DEL MISIONERO
Señor, que sea un instrumento de tu paz y que te descubra en los rostros de mis hermanos. Ayúdame, necesito renovar el corazón, la mirada, mis modos de hacer y de pensar. Vacíame de mis esquemas para hacer sitio a tu Espíritu y dejar que sea Él quien haga nuevas todas las cosas.
Espíritu de Dios, Tú nos envías, y nos hace volver nuestra mirada y corazón a nuestra familia nos invitas a estar juntos, nos acompañas y nos inspiras; tu eres el autor de la misión, y no quiero. Haz que no tenga miedo de la novedad que viene de Ti, Señor Crucificado y Resucitado. Que mi misión sea comunicar tu vida, tu misericordia, tu santidad.
Enséñame a amar como Tú para que mi familia te descubra en mí y te guarden en su corazón. Amén.


ORACIÓN PARA PEDIR LA BEATIFICACIÓN DE NUESTRO FUNDADOR
José María Cázares y Martínez

Señor Dios, que en tu obispo José María, pastor solícito y apóstol infatigable, expresaste tu amor misericordioso especialmente a los pobres, te pedimos si es para tu mayor gloria le concedas llegar a los altares y que su intercesión nos alcance de Ti el remedio de nuestras necesidades, te lo pedimos por Jesucristo nuestro señor. Amén.
Padre Nuestro, Dios te Salve y Gloria al Padre…
Padre Cázares… intercede por nosotros.






Este material fue preparado para vivir la Semana Santa 2020 en familia; contiene un esquema de oración   con el evangelio de cada día. Se propone una actividad diaria (si se ve conveniente).En la esta primera se encuentra la oración del  misionero y de nuestro querido fundador José María Cázares. Sugerimos  escojan un lugar donde sea su oración en familia y allí construir un altar sencillo, donde se irán dejando algunos símbolos durante la semana.

SÁBADO 4 DE ABRIL
TEMA: “ACEPTAMOS A JESÚS CON TODAS LAS CONSECUENCIAS”
Invocación del Espíritu Santo: Puede ser un canto u oración.
Oración inicial: ofrecer este momento por los enfermos y por quienes sufren más. También es bueno que cada uno mencione por quién o porque quiere ofrecer este momento.
MATERIA: Jn. 11, 45-56
"Muchos judíos que habían ido a casa de María creyeron en Jesús al ver lo que había hecho. 46. Pero otros fueron donde los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. 47. Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron el Consejo y preguntaban: « ¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos milagros. 48. Si lo dejamos que siga así, todos van a creer en él, y luego intervendrán los romanos que destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.»
 49. Entonces habló uno de ellos, Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, y dijo: «Ustedes no entienden nada. 50. No se dan cuenta de que es mejor que muera un solo hombre por el pueblo y no que perezca toda la nación.» 51. Estas palabras de Caifás no venían de sí mismo, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, profetizó en aquel momento; Jesús iba a morir por la nación; 52.y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos. 53. Y desde ese día estuvieron decididos a matarlo.
54. Jesús ya no podía moverse libremente como quería entre los judíos. Se retiró, pues, a la región cercana al desierto y se quedó con sus discípulos en una ciudad llamada Efraín. 55. Se acercaba la Pascua de los judíos, y de todo el país subían a Jerusalén para purificarse antes de la Pascua. 56. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: « ¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta?» PALABRA DEL SEÑOR.
Puntos de reflexión:
-       Jesús representa una amenaza para los fariseos y los jefes de los sacerdotes.
-       Para los sencillos representa una Gran esperanza
-      Para Martha y María Jesús es la resurrección.
-      Para Lázaro Jesús es su entrañable amigo que le devolvió la vida.
-      Y para ti? Quién es Jesús hoy que inicias tus misiones?
-      Comparte, cada uno dice quine es Jesús en su vida.
Trabajo personal: después de haber escuchado la palabra de Dios. Deja un momento de silencio, si ayuda una música instrumental. Después cada uno de los integrantes de la familia Contesta el cuadro siguiente. Al final comparte con tu familia.

Escribe las respuestas:
Qué momentos te vienen a la mente? (escribe 2 o 3)



¿Qué agradeces?



¿Qué le pides a Dios?





Canto: Que viva mi Cristo!
Terminamos con  oración de nuestro fundador JMCM.
*Para la oración de mañana: prepara una flor o rama pequeña.

DOMINGO DE RAMOS 5 DE ABRIL
TEMA:“BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR”
Oración inicial: Componer el corazón. Dar un tiempo considerable para tomar conciencia de cómo estás en este momento. Qué te dice tu cuerpo, invítalo a orar pídele que te ayude a estar en paz. Qué hay en tu mente, que imágenes vienen a ella? Con qué sentimientos inicias esta oración? Respira profundo y entrega todo a Dios. Pide a María te enseñe y acompañe a orar, que todo el día se convierta en oración y puedas descubrir en los diferentes rostros a Jesús.

Materia: MT. 21, 1-11
"Estaban ya cerca de Jerusalén. 2. Jesús envió a dos discípulos con esta misión: «Vayan al pueblecito que está al frente, y allí encontrarán una burra atada con su burrito al lado. Desátenla y tráiganmela. 3. Si alguien les dice algo, contéstenle: El Señor los necesita, y los devolverá cuanto antes.»
 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta: 5.Digan a la hija de Sión: «Mira que tu rey viene a ti con toda sencillez, montado en una burra, un animal de carga.» 6. Los discípulos se fueron e hicieron como Jesús les había mandado. 7. Le trajeron la burra con su cría, le colocaron sus mantos sobre el lomo y él se sentó encima. 8. Había muchísima gente; extendían sus mantos en el camino, o bien cortaban ramas de árboles, con las que cubrían el suelo. 9.
Y el gentío que iba delante de Jesús, así como los que le seguían, empezaron a gritar: « ¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!» 10.Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó y preguntaban: ¿Quién es éste? 11. Y la muchedumbre respondía: «¡Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea!” Palabra del Señor.
Comparte la frase o palabra que te llamó la atención. A qué te invita esta frase?
Momento de silencio. 


Actividad: colocar una corona de espinas; representa el dolor que causan nuestros pecados a Dios. Podemos aligerar ese dolor a través de la oración, el ayuno, la ayuda a los demás, actos de caridad, perdón, servicio  y más. Los integrantes de la familia deberán colocar una flor de papel sobre cada espina cada vez que realice un acto de caridad, un sacrificio por los demás, ofrezca alguna oración por alguien, etc… Hasta completar la corona con flores, cubriendo las espinas que representan el dolor de Cristo ante el pecado.

Canto: qué viva mi Cristo (Athenas)
ORACIÓN
Dios de toda gracia, tú has escuchado el
clamor de tu pueblo que sufre. Enviaste
a Jesús para que fuera nuestro Redentor
y nuestro hermano. Abre nuestros ojos
para que veamos la inmensidad de tu
amor y las maravillas que realizaste con
tu pueblo. Danos el amor para ser tus
manos y tu corazón con quienes sufren.
Danos la sabiduría de proclamar la
justicia y la rectitud. Que se cumpla
ahora y siempre en nosotras tu voluntad. Amén

Terminamos con la oración de nuestro fundador JMCM.



LUNES 6 DE ABRIL
TEMA: “SER PERFUME PARA UNGIR A JESÙS”

Oración inicial: Componer el corazón. Dar un tiempo considerable para tomar conciencia de cómo estás en este momento. Qué te dice tu cuerpo, invítalo a orar, pídele que te ayude a estar en paz. Qué hay en tu mente, que imágenes vienen a ella? Con qué sentimientos inicias esta oración? Respira profundo y entrega todo a Dios. Pide a María te enseñe y acompañe a orar, que todo el día se convierta en oración y puedas descubrir en los diferentes rostros a Jesùs.
MATERIA: JN. 12,1-11
"Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. 2. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. 3. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.
 4. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: 5. « ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?» 6. Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella.
7. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. 8. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis.» 9. Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. 10. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, 11.porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.     Palabra de Dios.
Puntos de reflexión: El perfume representa algo muy valioso que María ofrendó a Jesús.
-Trae a tu mente algo valioso para ti y que quieras ofrendar hoy a Jesús.
-  Judas por su parte juzga que fue un desperdicio haber usado el perfume caro en ungir los pies de Jesús. Muchas veces nosotros y los demás podemos caer en esta tentación de juzgar acciones agradables a Dios.
-  Se deja un momento de silencio, un momento con Jesús, pregúntale qué le gustaría que le ofrecieras en este día.
-  “Orar, es hacer lo que un hijo en los brazos de su padre”. Imagínate en los brazos de Dios. ¿Qué le quieres decir?
Actividad: Muchos perfumes son extraídos de hermosos aromas de flores y plantas. Hoy María nos regala una hermosa flor  para que compartas el aroma con los que te rodean. Lo que hoy te regala no es un reto, ni una propuesta de vida. Sino un REGALO que hay que recibir con fe. Lo que te regala ya lo deja en tu corazón y solo te pide fe para que lo cuides y vivas con alegría y sobre todo que lo compartas con los demás.
Recibe una florecilla que lleva previamente una virtud de María y poner música para que al momento de tomarla la coloque en el agua (que representa al E.S.) quien ayuda a que se abra esa flor. La retiran del agua y la guardan. 
Canto: María mírame
ORACIÓN A MARÍA
Virgen María, Mujer misionera, empapa nuestra vida cristiana
del fervor que te empujó a ser portadora de luz. Alcánzanos el don del Espíritu Santo
para que nos impulse en el deseo de servir, que este día te sea agradable con lo que realicemos en tu nombre. Que mi servicio sea un perfume para ungir los pies cansados de tu hijo Jesucristo. Amén.





MARTES 7 DE ABRIL
“PUEDO PERDONAR Y SER PERDONADA”

Oración inicial: Componer el corazón. Ambientar un poco el lugar. Pan, vino y  velas.
Jn (13,21-33.36-38):
En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:
- «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
- «Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.
Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
- «Lo que vas hacer, hazlo pronto».Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:"Donde yo voy, vosotros no podéis ir"»
Simón Pedro le dijo:
- «Señor, ¿a dónde vas?».
Jesús le respondió:
- «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
- «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó: con  que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».  Palabra del Señor

Momento de silencio
Qué te llamó más la atención?
Actividad:“el perdón, es la rica  fragancia  que desprende el tacón del zapato que ha pisado la violeta”
Se les pide que escriban una carta donde expresen aquello de lo que  sienten necesidad de pedir perdón a Dios. Si hemos dicho algo en contra de alguna persona sin estar seguras de que fue cierto o no. Los momentos en que dañamos y traicionamos, incluso a nuestros propios valores. También ofrecer el perdón por las veces que me he sentido traicionada.
Doblar la carta de tal forma que no se alcance a ver el contenido. Dejarla en el lugar que se indique. (si es posible, quemarla en ese momento).
Canto: tu modo (fones)
Terminamos con la oración de nuestro fundador JMCM.


Miércoles 8 de Abril
“MANOS QUE DAN Y RECIBEN”
Oración inicial: componer el corazón.
 Mateo (26,14-25):
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce.
Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?»
Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?»
Él respondió: «Tú lo has dicho.»Palabra del Señor

Puntos de reflexión:
·           Las manos de Judas Iscariote, recibieron 30 monedas por su amigo.
·           Las manos de Judas se empuñaron muchas veces al sentirse  impotente por tanta  injusticia,
·           Sus manos alabaron muchas veces a Dios.
·           Nuestras manos, son instrumento de bien o a veces de poco bien.  

Actividad: Puede hacerse una reflexión usando de ejemplo las manos. Es un buen momento para llevar a las misioneras a un examen de consciencia. Dar una silueta de  dos manos y dentro de ella escriben: 1.- Cuáles son mis talentos. 2.- el nombre de las personas a las que quiero bendecir hoy. 3.- qué me gustaría hacer hoy con mis manos, bendecir, acariciar ayudar, servir etc. Cuando van pasando a colocar la silueta al altar misionero se forma un corazón con ellas.
Canto: Cristo no tiene manos y pide las tuyas.
Oración final:
Lector: Cristo, no tienes manos.
Todas: Tienes sólo las nuestras  para construir su  reino de justicia.
Lector: Cristo no tiene manos
Todas: Tienes sólo las nuestras para curar.
Lector: Cristo, no tienes manos.
Todas: Tienes sólo las nuestras para bendecir.
Lector:Cristo no tiene manos
Todas: Tienes solo las nuestras servir.
Lector: Cristo, no tienes manos.
Todas: Tienes sólo las nuestras para acariciar. Señor Jesús que nuestras manos sean instrumento de servicio a los demás. Amén.
Terminamos con la oración de nuestro fundador JMCM.

Jueves 9 de Abril
“ESTO ES MI CUERPO QUE SE ENTREGA POR USTEDES”
Oración inicial: componer el corazón. Dar un tiempo considerable para tomar conciencia de cómo está en este momento. Qué te dice tu cuerpo, invítalo a orar, pídele que te ayude a estar en paz. Qué hay en tu mente, que imágenes vienen a ella? Con qué sentimientos inicias esta oración? Respira profundo y entrega todo a Dios. Pide a María te enseñe y acompañe a orar, que todo el día se convierta en oración y puedas descubrir en los diferentes rostros a Jesús.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26):
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.

Puntos de reflexión:
·           San Pablo lleno del Espíritu Santo hoy nos trasmite una verdad, una experiencia y una misión.
·           Una verdad: Jesús nos ama tanto que se entregó por completo y por amor se queda en el pan que nos da vida.
·           Una experiencia  nos comparte lo que recibió del Señor Jesús.
·           una misión: celebrar la Eucaristía hacerlo en memoria de este amor recibido.


Jueves Santo
Dios fiel, Jesús nos dio el regalo de su
propio cuerpo y su sangre para que
tuviéramos alimento que nos nutriera. Al
compartir la Eucaristía de Jesucristo, haz
Que seamos eucaristía las unas para las
otras. Que nuestras vidas sean
bendecidas, partidas y entregadas para
que tu pueblo viva. Te lo pedimos en
nombre de Jesús, nuestro Pan de Vida.
Amén.
Terminamos con la oración de nuestro fundador JMCM.


Viernes 10 de Abril
“JESÚS SE ENTREGA POR COMPLETO EN LOS BRAZOS DEL PADRE”

Objetivo:   Que   los   misioneros   tomen  consciencia    que   la   oración,   la mortificación, los actos de caridad y misericordia, aligeran el peso de la cruz de Cristo.

Meditaremos este acontecimiento lleno de Amor y Misterio  solo contemplando algún paisaje. Dedicamos un momento para componer el corazón. Tomamos conciencia de cómo estamos, que pensamientos o preocupaciones hay en nuestra mente y corazón. Invita a hace un acto de fe, dejando todo eso en las manos de Dios. Ahora disponte a escuchar  lo que el mismo ambiente nos habla. El silencio nos habla, el viento, los ruidos hazte consciente del ruido más lejano. Cierra los ojos y respira profundo. Ahora escucharas un texto.

Es un poema dedicado a meditar este momento de silencio y dolor. Se lee pausadamente sin prisas y meditando el mensaje. (Audio) puedes hacer uso del audio que te enviaremos.


JESÚS ES DESCLAVADO DE LA CRUZ
Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE





Mi Jesús, tiene sueño,
por el camino se me durmió
tres veces el pobrecillo.

Hijito, duerme, duerme,
que en esta noche,
no habrá quien te despierte.
De mañanita, llorando,
por los caminos del cielo,
salió mi niño a buscar
su rebaño de corderos.

Todos andaban perdidos
entre los barrancos negros....
En un bosque de alaridos
y brazos en alto tensos,
entró mi Niño temblando
de soledad y de miedo...

Las flores eran de sangre,
las ramas eran flagelos,
las maldiciones volaban,
como pájaros, al viento.

¡Era tan largo el camino,
estaba el aire tan negro,
que mi Niño se cayó
tres veces en el sendero;
y cuando a los ojos de agua
se acercó a beber sediento
le dieron a beber mirra.

Por fin se subió mi Niño
sobre las ramas de un cedro
por ver si de las alturas
divisaba sus corderos.

Como un gorrioncito herido
Cuando la luz te despierte
ya sin dolor y sin sueño,
¡oh cómo habrás de alegrarte
por tus hallados corderos!
Hijito, que entre mis brazos yaces
desnudo y deshecho,
sigue durmiendo en la cuna
de mi amor y de mis besos....
Estos besos son los últimos
pero mi amor es eterno.

Sigue durmiendo en mis brazos,
aunque sabes que tu sueño
es espada de dos filos
que me traspasa por dentro...
Duerme que, para velarte,
está mi dolor despierto.

Mi Jesús tiene sueño,
por el camino se me durmió
tres veces el pobrecillo.

Hijito duerme, duerme,
que en la alborada vendrá
la luz divina que te despierte.









SÁBADO 11 DE ABRIL
TEMA: “GRACIAS POR LA ESPERANZA QUE NOS MANTIENE ALEGRES”
Invocación del Espíritu Santo: Puede ser un canto u oración.
Actividad: si es posible se sientan en círculo. Este momento es importante porque es para recoger los frutos que el señor nos ha regalado durante esta semana. Contestarla en oración y al terminar compartir aquello que se quiera. Un signo que nos servirá en este día es la luz. Si es posible una vela para cada uno, o una sola encendida en el altar.
ORACIÓN DEL DIA
Mi Señor resucitado, al comenzar este día quiero darte gracias por tu gran misterio de amor y te suplico que me regales un poco de la fuerza de tu Espíritu y lléname de la alegría de tu presencia.
Quiero vivir alegre celebrando el día de tu triunfo glorioso sobre las tinieblas. El día en que destruiste la muerte, fueron rotas todas las ataduras y la luz emergió victoriosa entre las penumbras.
Dame la valentía y la fuerza necesaria para aceptar tu voluntad y poder ser así un verdadero testigo de tu amor y de tu resurrección, comunicando al mundo que la oscuridad y la muerte han sido vencidas en Ti
Aquellas lágrimas derramadas a los pies de tu cruz, hoy se convierten en gozo. Tu historia de salvación se hizo eterna. Nos has abierto las puertas del Cielo con esta perfecta obra de amor de la que me hiciste parte.
Puedo decir con entera satisfacción que no he amado a una persona muerta, sino que sigo amando a un corazón vivo y que sigue derramando su misericordia y perdón a todos los que quieran volver sus rostros a Ti.
Oh Señor, no permitas que la llama de la fe y el poder de tu cruz se disminuya en mí y termine apagándose, por el contrario, ayúdame a mantenerla viva con la esperanza puesta en tu amor
Tú eres mi refugio y consuelo, por eso, sabiéndote vivo y presente, recurro al poder reconciliador de tu amistad para que repongas mis fuerzas.
Ayuda ahora a mi corazón a que salga de la oscuridad de sus vicios y resucite a una nueva vida haciéndote mi Señor, mi Rey y mi Salvador. Amén.

En el Sábado Santo se refleja la historia de nuestra salvación, de cómo el Dios de la vida y del amor se preparó para rescatarnos de las ataduras del pecado y la muerte. El Dios que nos creó, que llevó a un pueblo escogido y los liberó de la esclavitud, el Dios que se hizo hombre y fue levantado con Gloria desde la muerte venciendo todas las tinieblas. Ese es nuestro Dios, un Dios cercano, compasivo y lleno de vida.
Se puede dar gracias por turnos, con algún signo o como se vea oportuno. Al final terminamos proclamando este salmo que manifiesta la gratitud a Dios por todo el bien recibido.
Salmo 117, 1-2.
V/. Aleluya, aleluya, aleluya.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya
V/. La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré, para contar las hazañas del Señor.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, es un milagro patente.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
Canto: Que sea  mi vida la sal.
Terminamos con la oración de nuestro fundador JMCM.

Hoy es un gran día! Y nos preparamos para vivir la vigilia pascual por la noche en familia. (Se sugiere que preparen algún número, un canto, juego) alguna actividad que los ayude como familia a convivir.

¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN!







Celebración de la Vigilia Pascual en familia

(Para este momento se requiere tener listo el cirio o una vela, cerillos, un recipiente con agua bendita y el canto “Sé mi luz”).
Lector: La Resurrección es la fiesta más importante de nuestra vida cristiana porque nos permite hacer memoria de que al resucitar Dios a Jesucristo, no resucita a un muerto, sino a una víctima; por lo tanto, en este acto de gracia, más que manifestarse el poder absoluto de Dios, se evidencia su amor total.
Lector: La resurrección es esperanza. El sufrimiento y la muerte desalientan; nos duelen y lastiman muchas situaciones, nos desesperan otras tantas. Sin embargo, la Resurrección del Señor nos anima a vivir, no en la resignación, sino en la búsqeuda permanente de motivos de esperanza; si la resurrección es el triunfo sobre la muerte, es porque primeramente ha sido la razón para vivir con sentido toda nuestra existencia.
Lector: La resurrección es libertad. Jesús no solo fue asesinado, también entregó su vida voluntariamente. Esta libertad extrema con la que actuó Jesús contrasta con los beneficios esclavizadores que asumían sus verdugos: intereses políticos, religiosos, económicos… Nosotros mismos podríamos hacer un recuento de todo lo que nos esclaviza y que nos hace actuar en contra de muchas personas y de ciertos valores. Pero la resurrección nos hace realmente libres para amar auténticamente, sin temor; libres para optar por el bien, no por lo que exigen nuestros caprichos, los cuales rompen la armonía y la fraternidad en nuestra familia y sociedad.
Lector: La resurrección es gozo. Lo contrario de la alegría es la tristeza; para que se dé la alegría es indispensable que haya algo que celebrar, de tal manera que el gozo no sea una ilusión o pretexto para evadir la realidad. Los sufrimientos no tienen la última palabra; la injusticia no puede derrotarnos amargamente; la violencia la podemos erradicar desde el gusto por la convivencia fraterna que nos ofrece el Resucitado.
(Papá o mamá encienden el Cirio)
Lector: Cristo es la luz del mundo que ilumina nuestras tinieblas del pecado y del error; por eso, delante de Él pensamos cuáles son las tinieblas que Jesús desea iluminar con su luz y en seguida las expresamos en voz alta. Esas tinieblas tienen que ver con las realidades que no nos dejan ser plenamente felices, con las situaciones que nos alejan de Dios y de los demás, con nuestras heridas que venimos cargando: lo que no hemos perdonado, lo que nos sigue lastimando, lo que nos duele, lo que nos da miedo, lo que nos esclaviza, lo que nos quita la paz…
(Si es posible, mientras cada quien piensa en sus tinieblas, se puede escuchar el canto “Seé mi luz” de Ain Karem).
Ahora escuchemos con atención la Palabra de Dios. Meditemos cómo en la Antigua Alianza, Dios salvó a su pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo para que nos redimiera.
Del libro del Éxodo     14, 15-15, 1a

El Señor dijo a Moisés: «Ordena a los israelitas que reanuden la marcha. Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan cruzarlo a pie. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a expensas del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros. Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y de sus guerreros.»
El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse detrás de ellos; y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás, interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros.
Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar en tierra seca. Las aguas se abrieron, y los israelitas entraron a pie en el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda. Los egipcios los persiguieron, y toda la caballería del Faraón, sus carros y sus guerreros, entraron detrás de ellos en medio del mar.
Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos. Además, frenó las ruedas de sus carros de guerra, haciendo que avanzaran con dificultad.
Los egipcios exclamaron: «Huyamos de Israel, porque el Señor combate en favor de ellos contra Egipto.» El Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus carros y sus guerreros.» Moisés extendió su mano sobre el mar y, al amanecer, el mar volvió a su cauce. Los egipcios ya habían emprendido la huida, pero se encontraron con las aguas, y el Señor los hundió en el mar. Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de todo el ejército del Faraón que habían entrado en medio del mar para perseguir a los israelitas. Ni uno solo se salvó. Los israelitas, en cambio, fueron caminando por el cauce seco del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda.
Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios. Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto. El pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor.
Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:

SALMO     Ex 15, 1b-6. 17-18

R.
 Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria.

«Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria:
él hundió en el mar los caballos y los carros.
El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó.
Él es mi Dios y yo lo glorifico,
es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza. 
R.

El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
El arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército,
lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo. 
R.

El abismo los cubrió,
cayeron como una piedra en lo profundo del mar.
Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza,
tu mano, Señor, aniquila al enemigo. 
R.
Tú llevas a tu pueblo,
y lo plantas en la montaña de tu herencia,
en el lugar que preparaste para tu morada,
en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos.
¡El Señor reina eternamente!» 
R.
EPÍSTOLA
De la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     6, 3-11

Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva.
Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección. Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado. Porque el que está muerto, no debe nada al pecado.
Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él. Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios. Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO     117, 1-2. 16-17. 22-23

R.
 Aleluya, aleluya, aleluya.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor! 
R.

La mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas.
No, no moriré:
viviré para publicar lo que hizo el Señor. 
R.

La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos. 
R.
EVANGELIO
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     28, 1-10
"Pasado el sábado, al aclarar el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a visitar el sepulcro. De repente se produjo un violento temblor: el ángel del Señor bajó del cielo, se dirigió al sepulcro, hizo rodar la piedra de la entrada y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el relámpago y sus ropas blancas como la nieve. Al ver al ángel, los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: «Ustedes no tienen por qué temer. Yo sé que buscan a Jesús, que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como lo había anunciado. Vengan a ver el lugar donde lo habían puesto, pero vuelvan en seguida y digan a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y ya se les adelanta camino a Galilea. Allí lo verán ustedes. Con esto ya se lo dije todo». Ellas se fueron al instante del sepulcro, con temor, pero con una alegría inmensa a la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En eso Jesús les salió al encuentro en el camino y les dijo: «Paz a ustedes». Las mujeres se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron. Jesús les dijo en seguida: «No tengan miedo. Vayan ahora y digan a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allí me verán.»"
Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

(En este momento podemos expresar lo que nos ha llamado la atención de la Palabra que hemos escuchado).
Papá o mamá: Señor, Tú creaste el agua para dar fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos. Tú, además, convertiste el agua en un instrumento de tu misericordia: por ella liberaste a tu pueblo de la esclavitud y en el desierto saciaste su sed; con la imagen del agua viva los profetas anunciaron la Nueva Alianza que deseabas establecer con los hombres; por ella, finalmente, santificada por Cristo en el Jordán, renovaste, mediante el bautismo que nos da la vida nueva, nuestra naturaleza, corrompida por el pecado. Que esta agua nos recuerde ahora nuestro bautismo y nos haga participar en la alegría de ser tus hijos.
(Cada quien pondrá agua bendita sobre su frente recordando que por el bautismo somos hijos de Dios y pensará en aquello a lo que es conveniente renunciar para reflejar mejor la imagen de hijo de Dios. Después se entonará el canto “Bautízame Señor con tu Espíritu”).
Lector: Nos tomamos de las manos y rezamos el Padre nuestro agradeciendo a Dios la Resurrección de Su Hijo muy amado, pues por medio de ella hemos sido liberados de la muerte.
Lector: Jesús nos regala la paz que nadie más nos puede dar. Le pedimos por todas las personas que no viven en paz, por los que sufren a causa de la guerra y la violencia en sus distintas formas y a través del signo de un abrazo, manifestamos nuestro deseo de ser constructores de paz en nuestro entorno y principalmente en la familia.
(Nos damos un abrazo).
Lector: Uniéndonos a la alegría de María por la Resurrección de su hijo Jesús, recitamos la siguiente oración:
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque Cristo,
a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.







ROSARIO DE PÉSAME A MARÍA


(Todos se reúnen delante de una imagen de María Dolorosa).
El Viernes Santo debemos tener nuestro corazón fijo en Cristo Crucificado, muestra máxima del amor de Dios, pero no podemos dejar de ver que al pie de la Cruz estaba María, su Madre, (Jn 19,25).
María fue redimida también por esa Cruz de Cristo, pero al mismo tiempo, como dicen los Obispos Latinoamericanos, “no sólo es fruto admirable de la redención; sino que también es la cooperadora activa y por su cooperación libre en la Nueva Alianza de Cristo, es junto a Él protagonista de la historia” (Pue. 3, 293).
Ella nos invita, como dice San Pablo, a “completar en nuestro cuerpo lo que falta a la Pasión de Cristo en favor de la Iglesia” (Col 1.24).
Por eso la religiosidad popular católica no deja de hacer el Viernes Santo una celebración especial por sus dolores, centrada principalmente en el rezo del Santo Rosario.

En esta noche de Viernes Santo recemos en familia el rosario de la Virgen de la Soledad.
Este rosario se llama de “pésame”, porque con él queremos unirnos al dolor que sufrió la Santísima Virgen María a causa de la pasión y muerte de su amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Quien dirige el Rosario: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Quien dirige el Rosario: Abre Señor mis labios,
Todos: para alabar tu nombre y el de Tu Santa Madre.

Quien dirige el Rosario: Madre llena de dolor, haced que cuando expiremos
Todos: nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.
Quien dirige el Rosario: Pidamos perdón a Dios  por todos nuestros pecados con los cuales hemos sido causa de la muerte de su amado Hijo Jesucristo y la causa también del dolor de muchos de nuestros hermanos a quienes hemos hecho daño. Hagamos el acto de contrición.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.  Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén

Primer misterio: En este primer misterio traigamos a nuestra imaginación el momento en que la Virgen María encuentra a Jesús, su Hijo, con la cruz a cuestas camino al Calvario.
Meditemos en la soledad de María: En esos terribles momentos María se sintió sola, con la soledad de la impotencia.
Ella no podía defender a su Hijo; ella no podía ayudarlo contra sus enemigos: estaba sola; no había con ella abogados defensores; no tenía “palancas en el gobierno”; no había nación más poderosa que el Imperio Romano en cuyas manos había caído Jesús.
En este misterio pensemos en tantas madres o padres de familia que se sienten solos en sus problemas para defender a sus hijos, para ayudarlos, para librarlos del mal.

Al menos acompañémoslos hoy con nuestra oración.
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la jaculatoria:)
Quien dirige el Rosario: Madre llena de dolor, haced que cuando expiremos
Todos: Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor y alcancemos por su sangre verdadera contrición.

Segundo misterio: En el segundo misterio contemplemos el momento en que María ve que Jesús inclina la cabeza y muere.
Meditemos en la soledad de María: En ese momento se sintió sola, con la soledad de la separación y de la incomunicación con Aquel a quien ella más quería.
Su Hijo acababa de morir: se había cortado toda posibilidad de seguir comunicándose con El; ya no hablaba, ya no miraba, ya no respondía.
En este misterio pensemos en tantas gentes que se sienten solas por haberse cortado la comunicación con las personas que aman, aún continuando su presencia física: ¡Cuántos esposos o esposas que se sienten solos por no haber ya diálogo con su pareja!; ¡cuántos hijos que se sienten solos por no existir muestras de cariño ni de escucha de parte de sus padres!
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la jaculatoria:)
Quien dirige el Rosario: Madre llena de dolor, haced que cuando expiremos
Todos: Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor y alcancemos por su sangre verdadera contrición.

Tercer misterio: En el tercer misterio contemplemos el descendimiento de la cruz, es decir, el momento en que María tiene entre sus manos a su Hijo deshecho, aniquilado, desfigurado.
Meditemos en la soledad que María experimentó en el martirio del recuerdo, cuando las alegrías se convierten en tristezas al pensar que ya todo eso quedó en un pasado que no vuelve.
Nadie la podía acompañar cuando pasaban por su mente mil recuerdos de su Hijo que sólo ella había experimentado y sólo ella podía valorar: el cuidado que había tenido de Él mientras lo llevaba en su seno; la alegría de haberlo dado a luz, de haberlo mecido entre sus brazos y cuando lo envolvía en pañales (Lc 2,7); cuando lo veía crecer en estatura, sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres (Lc 2.40); cuando lo vio convertir el agua en vino (Jn 2,1ss).
Toda la grandeza, hermosura, bondad, delicadeza de su Hijo se convertía ahora para ella en una espada cuyo filo sólo ella sentía. Nadie podía sentir la profunda tristeza que ella tenía al verlo “como un gusano y no un hombre” (Sal 22,6), porque nadie había podido experimentar el gozo que ella había tenido por Él.
En este misterio pensemos en tantas gentes que, cuando caen en el fracaso, cuando llegan al desgaste de la ancianidad, cuando sufren un accidente, cuando se troza su vida, sienten una terrible soledad al ir pasando ante su mente mil recuerdos hermosos que sólo son suyos y que convierten su vida presente en un acabose.
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la jaculatoria:)
Quien dirige el Rosario: Madre llena de dolor, haced que cuando expiremos
Todos: Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor y alcancemos por Su sangre verdadera contrición.

Cuarto misterio: En el cuarto misterio contemplemos la sepultura de Jesús, es decir, el momento en que María se va alejando de la tumba.
Meditemos en la soledad que experimentó María por la ausencia total de su hijo.
Ya no tiene hijo; su vida deberá cambiar; ciertamente que Jesús la confió a Juan, el discípulo amado, pero nada ni nadie podrá llenar la ausencia de Jesús.
María había quedado sin Él, de este lado del muro de la muerte.
En este misterio pensemos en tantas familias que sufren por los hijos o padres ausentes, sobre todo a causa de nuestra civilización actual deshumanizada que obliga a buscar trabajo lejos del propio hogar; oremos también por tantas familias que han quedado desamparadas a causa de la muerte del padre o de la madre.
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la jaculatoria:)
Quien dirige el Rosario: Madre llena de dolor, haced que cuando expiremos
Todos: Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor y alcancemos por Su sangre verdadera contrición.

Quinto misterio: En el quinto misterio meditemos en la noche pasada por María el viernes santo.
Contemplemos la soledad de María al experimentar el desamparo de Dios.
Si Jesús pudo decir en el colmo de su aflicción: “¡Padre, por qué me has abandonado!”, también la Virgen María sintió profundamente esa especie de silencio o abandono de Dios y de una manera que sólo ella podía experimentar.
¿Dónde estaban todas las promesas que Dios le había hecho por medio del Ángel en la Anunciación? Se le había dicho que su hijo era Hijo del Altísimo, que iba a ser Rey y su Reino iba a durar para siempre: todo había quedado truncado; su hijo había acabado en una cruz y no en el trono.
Pensemos en este misterio en todos los que sienten como si Dios se hubiera olvidado de ellos o como si estuviera lejos de este mundo; principalmente pidamos por los que trabajan por el Reino de Dios y todo les sale más difícil como si al mismo Dios no le interesara.
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la jaculatoria:)
Quien dirige el Rosario: Madre llena de dolor, haced que cuando expiremos
Todos: Nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor y alcancemos por Su sangre verdadera contrición.

Al finalizar el rezo de los cinco misterios.
Quien dirige el Rosario: Por las intenciones del Santo Padre, rezaremos un Padre Nuestro.
Quien dirige el Rosario: Dios te salve María, Hija de Dios Padre, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia…

Quien dirige el Rosario: Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia...

Quien dirige el Rosario: Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia...

Quien dirige el Rosario: Dios te salve María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin culpa original.

Todos: Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


LETANIAS: 
Señor ten piedad de nosotros                                   Señor ten piedad de nosotros
Cristo ten piedad de nosotros                                   Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros                                   Señor ten piedad de nosotros
Jesucristo óyenos                                                     Jesucristo óyenos
Jesucristo escúchanos                                             Jesucristo escúchanos
Padre Celestial que eres Dios                                  Ten piedad de nosotros
Hijo redentor del mundo que eres Dios                    Ten piedad de nosotros
Espíritu Santo que eres Dios                                    Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad que eres un solo Dios                Ten piedad de nosotros

Ahora se contesta: RUEGA POR NOSOTROS

Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las Vírgenes
Madre en el Corazón Crucificada
Madre Dolorosa
Madre llorosa
Madre afligida
Madre desamparada
Madre desolada
Madre de tu hijo privada
Madre por una espada de dolor traspasada
Madre de penas consumida
Madre llena de angustias
Madre con el corazón en la Cruz clavada
Madre tristísima
Fuente de lágrimas
Colina de tormentos
Espejo de paciencia
Peña dura de constancia
Ancora de la esperanza
Refugio de los desamparados
Escudo de los oprimidos
Vencedora de los incrédulos
Consuelo de los miserables
Medicina de los enfermos
Fortaleza de los débiles                  
Puerto de los que naufragan
Calma de las tempestades
Recurso de los afligidos
Temor de los que ponen acechanzas
Tesoro de los fieles
Ojo de los Profetas
Báculo de los Apóstoles
Corona de los Mártires
Juez de los Confesores
Perla de las Vírgenes
Consuelo de las viudas    
Alegría de todos los Santos   


Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo…Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo....Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo…Ten piedad de nosotros. 

Todos: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Ruega por nosotros Virgen Dolorosísima para que seamos dignos de alcanzar las promesas de tu Hijo Santísimo. Amén.  

Quien dirige el Rosario: En tu corazón de Madre, como en divino relicario.
Todos: Depositamos estos misterios al terminar tu santo rosario.


HORA SANTA JUEVES SANTO

INTRODUCCIÓN
Jesús ha vivido unos momentos intensos. Los discípulos quieren descansar, pero no le dejan solo. Esta tarde nuestra iglesia, nuestros grupos eran el Cenáculo. Jesús repetía sus palabras y sus signos... Fueron tantos y tan densos que queremos recordarlos, volver a meditarlos. Esta noche todos nosotros somos Getsemaní. Cristo está aquí. Y nosotros también para adorar y agradecer su entrega en el Pan y el Vino nuevos y para iniciar el misterio pascual de su muerte y resurrección. Hoy reflexionamos sobre nuestras familias y pidamos por todos los matrimonios jóvenes y por todas las familias para que permanezcan unidas.

Canto; Cantemos al amor de los amores…
"En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado, el corazón amoroso de Jesús Sacramentado."

ACTO DE FE: Creo en tu Palabra, Señor Jesús. Creo en tu Evangelio. Tú has dicho que estás en medio de los hombres, Señor, que se reúnen en tu nombre. Tú estás en medio de nosotros, abre nuestro corazón a tu presencia.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
L: Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
T: En los cielos, en la tierra y en todo lugar.

ACTO DE HUMILDAD: Dios mío, aquí estamos con esta pobreza de nuestras vidas, con esa debilidad y nada que somos. Haz que en nuestra pobreza Tú seas nuestra riqueza. Toma nuestra nada y llénala de ti, que eres el Todo.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
L: Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
T: En los cielos, en la tierra y en todo lugar.

ACTO DE AMOR: Gracias, Señor, por tu amor, por estar aquí Contigo, porque sentimos que nos quieres y que todo lo nuestro te interesa. Te amo, Señor de mi corazón, de mi mente, de mi ser. Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Enséñanos a permanecer en tu amor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
L: Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
T: En los cielos, en la tierra y en todo lugar.
Soberano Señor Sacramentado, segura prenda de la eterna gloria, esta estación recibe con agrado, por ser de tu pasión tierna memoria, haz que destruido el reino del pecado, tu Iglesia Santa cante la victoria, asistiéndola siempre con tus dones en sus necesidades y aflicciones. Amén.
L: Señor Jesús, estamos en tu presencia
T: Y te alabamos, te bendecimos porque eres grande.

L: En este jueves santo
T: Queremos estar contigo para reconocer tus beneficios en nuestros hogares.
L: Queremos decirte Señor, que nuestras familias sufren mucho y elevamos nuestra plegaria para decirte:
T: Perdónanos por tu amor.
L: Por todos los errores que han cometido nuestros padres.

En cada frase respondemos: Perdónanos por tu amor.

·       Por el egoísmo de nuestros progenitores.
·       Por las veces que se han olvidado de ti.
·       Por las veces que se han faltado al respeto.
·       Por las ocasiones que perdieron para dialogar.
·       Por los gritos e insultos que se han manifestado
·       Por su falta de amor
·       Por los vicios en que han incurrido
·       Por sus pocas manifestaciones de cariño
·       Por su poca entrega
·       Por su poca capacidad de perdón
·       Por su falta de comprensión
·       Por su poco entendimiento
(Si hay algo más que se quiera pedir perdón se pide y se deja un momento de silencio para que cada quien piense en algo de sus papás que quiera pedir perdón).

L: Así Señor, a nuestros padres:
T: Bendícelos, santifícalos, ámalos, dales paciencia, llénalos de Ti, concédeles que se perdonen sus errores. Libéralos de los vicios, concédeles tu paz.
L: Y a nosotros como hijos
T: Concédenos ser dóciles.
L: Que ante los mandatos de nuestros padres, seamos obedientes.
T: Que ante las limitaciones de nuestros padres, seamos comprensivos y amorosos.
L: Ante las necesidades de nuestros padres, seamos trabajadores.
T: Que ante los esfuerzos de nuestros padres, por brindarnos lo necesario, seamos estudiosos.
L: Que en el trabajo, seamos diligentes y serviciales.
T: Que en la escuela demos lo mejor de nosotros.
L: Que en nuestras relaciones humanas, seamos amables y respetuosos.
T: Que en nuestros noviazgos, crezcamos en la confianza y en el respeto mutuos.
L: De los celos
T: Líbranos, Señor.
L: De los enojos
T: Líbranos, Señor.
L: Del uso irresponsable o excesivo de los medios de comunicación
T: Líbranos, Señor.
L: De los odios y rencores
T: Líbranos, Señor.

(Un canto y un momento de silencio, para cada quien pida al Señor lo libre de algo personal que le aleja del proyecto de Dios).

L: Queremos pedirte también Señor por los matrimonios jóvenes, que sean amantes de la paz.
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que vivan siempre unidos
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que sean siempre solidarios
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que sean optimistas
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que busquen las cosas de Dios
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que sean limpios y ordenados
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que sean siempre fieles
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que administren bien su dinero
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que sean emprendedores y trabajadores
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que se hablen siempre con la verdad
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que se den tiempo para hablar de sus logros, dificultades o inconformidades
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que vivan siempre alegres y que se diviertan juntos
T: Te lo pedimos, Señor.
L: Que se manifiesten siempre su cariño
T: Te lo pedimos, Señor.
T: Concede Señor a los matrimonios jóvenes saber perseverar en su amor y que su donación diaria los haga cada vez más santos.

(Se pone algún canto).

L: Ahora centremos nuestra atención en las siguientes oraciones y al hacerlas conscientes dirijámoslas a Jesús, para que sane nuestro corazón.
Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí, y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre. Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque te amo. Y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con una infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Señor Jesús:Te entrego mis manos para hacer tu trabajo. Te entrego mis pies para seguir tu camino. Te entrego mis ojos para ver como tú ves. Te entrego mi lengua para hablar tus palabras. Te entrego mi mente para que tú pienses en mí. Te entrego mi espíritu para que tú ores en mí. Sobre todo te entrego mi corazón para que en mí ames a tu Padre y a todos los hombres.Te entrego todo mi ser para que crezcas Tú en mí, para que seas Tú, Cristo, quien viva, trabaje y ore en mí. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto
 ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

Amado Jesús, Tú eres nuestra esperanza, en Ti está puesta nuestra fe, por Ti queremos amar hasta a quienes nos hacen sufrir o nos resultan indiferentes. Hoy queremos alabarte. Queremos darte gracias por quedarte ‘prisionero de amor’ entre nosotros en el tabernáculo, simplemente por amor a nosotros.    Es un dulce milagro el que ocurre, que te hace permanentemente presente entre nosotros hasta para nuestros sentidos; podemos dirigir a Ti nuestra mirada; podemos recibirte y gustarte y hacernos uno contigo por unos minutos cada día. Y Tú, dulcísimo Señor, permaneces siempre encerrado y cautivo en los altares de nuestras iglesias esperando nuestra visita. Te amo, Señor, Te adoro, creo en Ti, permíteme escuchar tu dulce voz…

(SILENCIO CON SUAVE MELODÍA DE ADORACIÓN).    

Te suplico que me hables aunque mi corazón sea como de piedra y mis oídos físicos y espirituales estén cerrados completamente, háblame, Señor.

(SIGUE LA SUAVE MÚSICA)

Quiero escucharte decir: “Soy Jesús y vivo en este lugar donde mi inmenso amor por cada persona me tiene prisionero. Desde aquí consuelo a todo el que llora.”… Y cuando destroces este corazón y cualquier barrera que haya en mí, Señor, sé que escucharé cómo me dices: Y tú, mi amado pequeño, mi amada pequeña, ¿qué es lo que quieres de Mí?

(BAJA LENTAMENTE EL VOLUMEN DE LA MELODÍA HASTA QUEDAR SILENCIADA TOTALMENTE).

Hoy, Señor mío y Dios mío, es momento de tomar decisiones; es momento de hacer vida la esperanza que late en nuestros corazones, es momento de decir  con el Apóstol: "Mi vida es Cristo" (Flp. 1,21), porque nuestra vida no tiene sentido sin Ti, dulce Jesús. Queremos amar como Tú, que das la vida y te comunicas en plenitud, con todo lo que eres.

Por eso, Señor, hoy queremos pedirte algo a Ti, que todo lo puedes: danos la capacidad de aprender a "estar con quien sabemos nos ama" (AESJPII),  y porque en la oración "el amor es el que habla" (Sta. Teresa), danos gustar de tu compañía y amistad  en un silencio íntimo, nutricional y vivificador que nos capacite para llevar esa Vida tuya a todos… Haznos, Señor, parecernos a Ti, asemejarnos a Ti y, así, contigo, adorar al Padre en espíritu y en verdad.

Hemos pasado un rato acompañando al Señor. Las prolongadas horas de la agonía de Jesús han transcurrido ya para dar lugar a una jornada de tormentos y aflicciones y a las tres últimas horas de agonía sobre la cruz. Son acontecimientos que conmueven a todo creyente. Sin embargo, sería un error presentar separados o siquiera distantes el misterio de la Pasión y el de la Resurrección del Señor. Celebremos la Pasión a través de la visión gloriosa de Cristo resucitado. En el silencio de la fe, adoremos y demos gracias.

ORAMOS: Como yo os he amado. Pedimos que nos ayude a sentir esta noche la fuerza de su amor, y su amistad y su ternura. Queremos pedir a Jesús que nos enseñe a amar como él y que nos capacite para amar como él.
Nos despedimos de Jesús.

L: En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
T: El corazón amoroso de Jesús sacramentado.
L: Alabemos y demos gracias en cada instante y momento.
T: Al santísimo y divinísimo sacramento.

VÍA CRUCIS “DESDE DENTRO”


Preparamos el ambiente: Si te es posible pega las estaciones en tu casa para hacer el recorrido. Otra opción es preparar un altar con un crucifijo y algunos signos como una corona de espinas, una vela encendida. Será bueno que antes de iniciar se pongan de acuerdo quién leerá donde dice guía y quién lo que dice Juan (el discípulo amado). Se proponen algunos cantos, pero se pueden sustituir por otros u omitir. Por último, en cada estación haremos un signo que está indicado entre paréntesis.
Introducción: Preparemos nuestro corazón para vivir este momento con respeto, silencio, recogimiento y oración, acompañando como familia al Señor Jesús en su Pasión, que dio su vida por cada uno de nosotros.
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
TODOS: Señor Jesús, enséñanos a acompañarte  en el camino de la cruz con María, nuestra Madre. Concédenos recorrer estas estaciones con San Juan, tu discípulo amado.
Guía: PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
(Señalamos la imagen o crucifijo, que representa a  Jesús).

Te adoramos, oh  Cristo, y te bendecimos,
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Aquella noche junto con Pedro nos dirigimos corriendo a la casa del sumo sacerdote. Yo no tuve dificultad  para entrar, pero Pedro se quedó afuera. Al amanecer me enteré de la sentencia del Consejo de Ancianos: ¡Muerte por blasfemia!
Monitor: Señor, que al recordar la condena injusta que Tú  sufriste, evitemos condenar a los demás.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Perdona a tu pueblo, Señor, perdona a tu pueblo, perdónale Señor. (2)
SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la Cruz a cuestas
(Nos inclinamos hacia el frente)

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
R: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Fui a buscar a María y volví con ella. Juntos fuimos testigos de cómo Jesús aceptaba con amor la pesada cruz. Esa cruz fue colocada sobre los hombros flagelados y con las marcas del martirio de mi Maestro. Mi amigo, a pesar de su extrema debilidad, no dudó en aceptarla.
Monitor: Señor, concédenos aceptar con amor nuestra  cruz  en unión contigo.
Señor, pequé, ten misericordia de mí,
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto. Perdón, oh Dios mío, perdón e indulgencia, perdón y clemencia, perdón y piedad.
TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez
(Quienes  podamos, colocamos una rodilla en el suelo).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
San Juan: Pude  percibir cómo  mi amigo iba  perdiendo  fuerza  y caía, su cuerpo era cada vez más débil; estaba cansado por el peso de la cruz.
Monitor: Señor, que sepamos  levantarnos y ayudemos a los demás a seguir caminando.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Perdona a tu pueblo, Señor…
CUARTA ESTACIÓN
Jesús encuentra a su Santísima Madre
(Coloca tus manos en tu corazón).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.
San Juan: Cuando Jesús y su Madre María se encontraron, les unía una mirada de amor, de abandono a la voluntad del Padre en medio de tanto dolor… fue un encuentro de corazones unidos en una misma causa.
Monitor: Señor, que nosotros seamos para quienes nos rodean una presencia de paz, un estímulo que les aliente a seguir caminando.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Hay un hombre que está solo, tiene triste la mirada, con sus manos lastimadas, que no dejan de sangrar. Él sembró todas las flores, tiene muchos familiares, tiene tierras, tiene mares, pero vive en soledad. LE LLAMAN JESÚS (3).
QUINTA ESTACIÓN
EL Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz
(Colocamos una mano en el hombro de la persona que está junto a nosotros).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

San Juan: Mi Maestro se veía cada vez más  agotado; entre el tumulto de la gente y el maltrato de los soldados, parecía desfallecer. Entonces un hombre llamado Simón tomó sobre sus hombros la cruz para ayudarle. Juntos prosiguieron el camino.
Monitor: Señor, que sepamos donar un poco de nuestro tiempo y de nuestro amor a aquéllos  que lo necesitan.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Cada vez está más solo, sus hermanos lo olvidaron, sin querer lo lastimaron y hoy se muere de dolor. Ya cumplió más de mil años y parece siempre un niño, Él que dio tanto cariño y hoy le niegan el amor. LE LLAMAN JESUS (3).
SEXTA ESTACIÓN
La Verónica limpia el rostro de Jesús
(Pasa tu mano sobre tu rostro).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: El asombro de verle cada vez más maltratado me causa  temor y, al mismo tiempo,  una profunda admiración. Sin  insinuarlo, una mujer corrió hacia  Él de entre la multitud y limpió su rostro. Él  la miró cariñosamente.
Monitor: Señor, ayúdanos a ser como la Verónica; cristianos valerosos para solidarizarnos con los que lloran y sufren.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

Canto: CON NOSTROS ESTÁ Y NO LE CONOCEMOS, CON NOSOTROS ESTÁ, SU NOMBRE ES EL SEÑOR (2).
SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez
(Nos arrodillamos en el suelo).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

San Juan: Ante el cansancio y la insolación, mi amigo cayó de nuevo. Su rostro reflejaba un dolor profundo y al mismo tiempo, la paz. Yo quise correr hacia Él para ayudarlo pero un guardia  me lo impidió. Sin embargo, Jesús se puso de pie nuevamente.
Monitor: Señor, que no nos desalentemos frente a los fracasos o debilidades, sino que sepamos levantarnos y sigamos caminando.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

Canto. Su nombre es el Señor y sed soporta; y está en quien de justicia va sediento,  y muchos que lo ven pasan de largo, a veces ocupados en sus rezos. CON NOSOTROS ESTÁ Y NO LE CONOCEMOS…
OCTAVA ESTACIÓN
Jesús  consuela a las piadosas mujeres
(Colocamos  nuestra mano derecha  en el corazón).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

San Juan: Todo  lo que sucedía me parecía un sueño: mi mejor amigo caminaba  hacia la muerte. Se escuchaban gritos, la mayoría eran ofensas… escuché también llanto: eran algunas de las mujeres que seguían al Maestro. Él les brindó consuelo.
Monitor: Señor, que nosotros sepamos asumir una actitud de amor frente a nuestro dolor y ante el sufrimiento de los demás.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Su nombre es el Señor y está desnudo, la ausencia del amor hiela sus huesos y muchos que lo ven pasan de largo, seguros y al calor de su dinero. CON NOSOTROS ESTÁ Y NO LE CONOCEMOS…
NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez
(Quienes podamos, nos arrodillamos ante la cruz).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Sorpresivamente, mi amigo cayó de nuevo. Esta vez fue el cansancio. No podía más. María, su Madre, que permanecía a mi lado, le miraba fijamente. Sus corazones estaban unidos por la fuerza del Amor. Esta misma fuerza le hizo levantarse para continuar.
Monitor: Señor, que seamos conscientes de Tu amor infinito en cada momento de nuestra vida, así seremos mano amiga que alivia y levanta a quienes caen a nuestro alrededor.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Su nombre es el Señor y enfermo vive y su agonía es la del enfermo y muchos que lo saben no hacen caso, tal vez no frecuentaban mucho el templo. CON NOSOTROS ESTÁ Y NO LE CONOCEMOS…
DECIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras
(Nos despojamos de algo que traigamos puesto: un reloj, anillo, medalla… y lo dejamos en el altar).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Ante el sol ardiente, llegamos al Gólgota  donde mi amigo sería crucificado. Para avergonzarle frente a todos, le despojaron  de sus vestiduras e inmediatamente los guardias echaron suertes para quedarse con ellas. Estaba totalmente desfigurado.
Monitor: Señor, que sepamos llenarnos de tu amor y descubrir nuestro ser de hijos cada día,  para actuar conforme  a tu voluntad.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Su nombre es el Señor, el que sed tiene, Él pide por la boca del hambriento. Está preso, está  enfermo, está desnudo, pero Él  nos va a juzgar por todo eso.  CON NOSOTROS ESTÁ Y NO LE CONOCEMOS…
UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la Cruz
(Extendemos los brazos en forma de cruz).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

San Juan: Cuando elevaron  a mi amigo clavado al madero, su rostro palidecía de dolor. María, su Madre, corrió hacia Él, yo también  me acerqué y  estuve  junto a ella. Entonces nos miró y dijo: “Mujer, ahí tienes  a tu hijo”. Hizo un gran esfuerzo para tomar aire y dijo suavemente: “Hijo, ahí tienes a tu Madre”. No pudo decir más...
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Piedad Señor por tantas cosas hechas a medias, al revés y sin pensarlo, por tanto amor que acaba en desengaño y por tanta limosna que es tan cruel.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la Cruz
(Inclinamos la cabeza y dejamos un momento de silencio).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Me quedé sin palabras abrazando fuertemente a María mientras mi amigo agonizaba, le era difícil respirar. Murió entregando al Padre su Espíritu.
Monitor: Señor, enséñanos  a prepararnos  a ese paso para vivir plenamente.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

Canto: Entre tus manos…



DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN
Jesús en los brazos de María Santísima
(Cada uno se abraza con sus brazos).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Mientras bajan a mi amigo veo a María que se acerca a la cruz para recibir a su Hijo… ella llora inconsolablemente.
Monitor: Señor, que el dolor por quienes amamos nos lleve a comprender y a amar a aquéllos que están lejos de nosotros.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

Video canto: EL DIARIO DE MARÍA.
DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro
(Juntamos  las palmas de las manos).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Mi amigo Jesús no tuvo ni siquiera un sepulcro propio, le prestaron una tumba, lo perfumaron y lo envolvieron en sábanas. Unos guardias custodiaban el lugar.
Monitor: Señor, que no tengamos miedo de morir, porque la muerte es un paso a la Vida Eterna, que eres Tú.
Señor, pequé, ten misericordia de mí,
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia  de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Canto: Nadie te ama como yo.

ULTIMA ESTACIÓN
La Resurrección de Jesús
(Al terminar esta estación nos damos un abrazo por sabernos amados y salvados por Jesucristo).

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

San Juan: Aquí está mi Maestro, mi amigo, no puedo contener mi alegría. Nos ha encomendado  una misión, llevarles  a todos la Buena  Nueva. Tengo la seguridad de que estará con nosotros para siempre.
Guía: Señor, haz que por intercesión del siervo de Dios, José Ma. Cázares te amemos más y danos más amor para quererte, así, desde ahora participemos del gozo de estar Contigo para siempre.
Señor, pequé, ten misericordia de mí.
R. Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria, según las intenciones del Romano Pontífice.
ORACIÓN FINAL
Todos: Señor, hemos llegado al final de este camino de tu pasión, muerte y resurrección. Ilumínanos para que este misterio  de tu Pascua dirija nuestra vida, ayúdanos a ser fieles a tu voluntad. Te lo pedimos por intercesión  de tu Santísima Madre. Amén.






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